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¿Cada cuánto se cambia la arena del gato?


Para conseguir una buena higiene del arenero es muy importante saber cada cuánto se cambia la arena del gato. Los gatos con una digestión normal expulsan heces una o dos veces y orinan cuatro o veces al día. Si utilizas arena aglomerante, debes retirar los grumos con la pala al menos una vez al día. De lo contrario, empieza a oler mal enseguida.

Pequeño consejo: los grumos de orina se suelen quedar pegados al borde o en las esquinas del arenero. Ráscalos con cuidado con la pala para que se desprendan. Si lo haces con demasiada brusquedad, los grumos se desmigajarán en muchos trozos pequeños que son muy difíciles de quitar.

Añade más o menos la misma cantidad de arena nueva que la que has quitado. Para que el gato pueda enterrar sus necesidades como es debido, siempre tiene que haber suficiente arena en el arenero. Lo ideal es una altura de entre siete y diez centímetros.

Debes cambiar la arena del gato íntegramente con una frecuencia de entre dos y cuatro semanas. Si es posible, lava el arenero entero a fondo con agua y un producto de limpieza. La arena no aglomerante se tiene que cambiar entera una vez a la semana.

Un arenero por gato

Cada cuánto se cambia la arena del gato del todo depende, entre otras cosas, del número de areneros. Por regla general, debe haber un arenero por gato más otro adicional. A algunos mininos les basta con un arenero, pero otros necesitan más.


Los hábitos también desempeñan un papel importante en la cuestión de cómo limpiar la caja de arena del gato. Hay gatos que usan un arenero para los excrementos y otro para la orina. Si el minino tiene diarrea o cistitis, tendrás que cambiar la arena del gato más a menudo.

¿Cómo se elimina la arena?

Aunque parezca obvio, la arena usada no se debe tirar bajo ningún concepto al inodoro. La arena aglomerante, particularmente, puede obstruir las cañerías. Por eso, siempre hay que tirarla a la basura doméstica. Excepción: hay algunos tipos de fibras vegetales que se pueden tirar a la basura orgánica o incluso al inodoro.


Si no quieres tirar las heces y la orina directamente al cubo de basura, puedes utilizar bolsas para perros. Las hay incluso que son biodegradables.


También puedes usar un cubo para la arena. Estos cubos especiales son tan herméticos que no dejan salir ni los gérmenes ni los olores.

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